Querida vida, este año me haz enseñado muchas cosas... Tantas que me faltan dedos en mis manitas para contarlas. Tantas que es utópico todo esto, imposible de creer. Morí, de una manera bien denigrante y humillante. Sin responsabilizarme de mis actos, hasta caer en una desenfrenada locura. Pero lo mas importante es que reviví y me levante con mi mejor sonrisa para seguir enfrentando esta mierda de vida o quizá solo mi año negro. Me levante, con ayuda de gente que de verdad me quería ver bien y con ayuda de mi gran perseverancia que pensé que se había esfumado.
Mi gran aprendizaje de vida. Aprendí a quererme a mi misma (o quizá estoy en ese proceso). Aprendí a valorar mi vida como nunca lo había hecho, sobre la de los demás, sobre la de ese cariño especial. Nadie es mas importante que yo, y eso no es egocentrismo sino mas bien algo que nunca me habían enseñado. Es amor propio, amor a mi vida y mis emociones. Los sueños van primero y nadie volverá a opacar mi esencia, mi manera de ser, mi vida, mis proyectos, mis sueños, ni mi libertad.
Aprendí también lo mas maravilloso, Amar de verdad. Amar a otra persona, con defectos y virtudes. Aprendí a aguantarme y aguantar. Paciencia, Tolerancia, Amor, Paz, Fortaleza, Libertad para que todo sea verdaderamente hermoso. Entregar sin miedo alguno, entregar aunque no siempre fuera mutuo. Me enamoré por primera vez en mi vida, pero no por ultima vez y aprender que nada es para siempre es bastante tranquilizador.
Aprendí un sin fin de cosas mas, y después de entender, meditar y comprender las situaciones me siento cada día mejor. Mas alegre y con mejor dispocision a disfrutar de mi día a día sin miedo alguno. Soy yo, en gloria y majestad disfrutando mi fin de año a concho.
Y como siempre, después de la tormenta sale el sol.