Dimos una batalla, una de las más caóticas que han existido. Vendrán más, siempre y cuando más se sepa de la vida. Han caído y caerán lágrimas en dirección al infierno y nacerán por obviedad sonrisas aun mas sinceras de lo que han existido, todo nace otra vez.
Aprender, caer y pararse nunca ha sido fácil. ¿Quién dijo que todo sería fácil?... La verdad, es que nadie. Salió el sol que quería, pero él ha hecho que mis colores sean cada día mas flúor y más resplandeciente. Él me enseña, más de lo que podríamos aprender solas. Mi corazón, se lo merece él. Nos quedaremos con él siempre hasta la luna y el infinito.